Una mujer que aún no conoce lo que es el amor.
Un hombre que solo ha conocido su lado oscuro.
Si se pudiese capturar el placer, Elena lo haría con los ojos. Tiene veintinueve años, una belleza inocente y descarada y aún desconoce la pasión. Su mundo está hecho de arte y colores, los del fresco que está restaurando en Venecia, la mágica ciudad que la vio nacer. Hasta que encuentra a Leonardo, un chef de fama internacional que irrumpe en su vida y le da un vuelco a su historia de amor en ciernes con Filippo, a la idea que siempre ha tenido de sí misma y, sobre todo, a su manera de vivir el sexo. Porque Leonardo, inquilino inesperado en el palacio en el que ella trabaja, llega para abrir las puertas de un paraíso inexplorado del que solo él posee las llaves. Los secretos de la cocina, de la materia ordinaria que se transforma en sus manos en éxtasis para el paladar, no son los únicos que conoce: Leonardo sabe que el placer es una conquista para todos los sentidos, tiene una forma, un olor, un sabor. Y guiará a Elena, la ayudará a superar sus límites hasta llegar al confín más dulce y extremo de la obsesión. No obstante, hay una condición...
Es la noche de su trigésimo cumpleaños y lo último que puede imaginar Elena es que el restaurante al que la ha llevado Filippo para celebrarlo es… ¡de Leonardo! Su mirada, que le llega directa al corazón, y un solo beso, robado en la cocina del local, provocan un nuevo y turbador inicio. Nada de reglas, se juega a cartas vistas: porque esta vez no es necesario ocultar el amor, ni siquiera tras el sentimiento de culpa que produce el engaño, y el sexo deja de ser una mera búsqueda del placer para convertirse en el encuentro de unas almas que se pertenecen. Hasta que el secreto más inconfesable de Leonardo sale a la luz y Elena se ve obligada a decidir si está dispuesta a pagar el precio…
De nada sirve resistirse a la pasión cuando es la pasión la que te elige.
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